Algunas corrientes que influyen al Tipografismo
Descripción:

La revolución plástica en Rusia antecede a la revolución política. Movimientos como el rayonismo y el simultaneísmo se plantean y desarrollan antes de 1918. El constructivismo nace con el telón de fondo de una Revolución hecha en el nombre del proletariado. En el campo de las artes a partir de los años 20, existen dos tendencias abstractas pero conceptualmente diferentes. La representada por Kandinsky, Malevich, Gabo y Pevsner que defienden lo subjetivo en la obra de arte, el proceso consciente de creación y la encabezada por Rodchenko y Tatlin que propugna la inserción de la persona del artista dentro del proceso constructivo de la obra de arte, como un elemento más, poseyendo la misma importancia que los materiales o cualquier otro agente. A partir de los años veinte, el arte en Rusia se convierte en una edificación, en un producto más. El constructivismo implica que la obra de arte sea una construcción, que se articule como un edificio y se realice siguiendo métodos análogos.Contructivismo, pp 63-68. «Proclamamos: el espacio y el tiempo han nacido hoy. El espacio y el tiempo: las únicas formas sobre las cuales se edifica la vida, las únicas sobre las que debería edificarse el arte. Los estados, los sistemas políticos y económicos mueren con el paso de los siglos; las ideas se agostan, pero la vida es robusta; crece y no puede ser arrancada, y el tiempo es continuo en su duración real. ¿Quién nos enseñará formas más eficaces? ¿Qué hombre genial nos dará fundamentos más sólidos? ¿Qué genio concebirá para nosotros una leyenda más enervante que ese relato prosaico que se llama vida?
Cubismo
Descripción:

Cézanne fue quien primero expresó una forma de ver binocular, multiplicando los puntos de vista de los objetos frente a la visión monocular que era lo habitual hasta él. Las perspectivas tradicionales empiezan a desaparecer del marco de la pintura de vanguardia, lo que lleva consigo una nueva forma de observar y de ver, una nueva manera de concebir el espacio y los objetos que conforman el mundo. Picasso sumó muchos más puntos de vista a las investigaciones de Cézanne. La historia del cubismo como un movimiento empieza en 1907 con las Señoritas de la calle Avignon, de Picasso. Las novedades introducidas por Picasso y por Braque, sólo eran la expresión pictórica de una transformación global. Numerosos conceptos habían sido investigados por la ciencia y dejaban atrás teorías aceptadas desde la época de Newton. Las nuevas aportaciones científicas iban a revolucionar el mundo y por supuesto la pintura, que de forma casi clarividente, es una de las primeras disciplinas artísticas en hacerse eco de ello, de cuestiones tan importantes como los nuevos conceptos del tiempo, del espacio, de la energía…El cubismo evolucionó y se terminó desembarazando del trance que le había supuesto la tradición pictórica y empezó a componer una realidad, artística en su caso, pero nueva, distinta, real e independiente del mundo y de lo anterior. El análisis que hace el cubismo de la realidad (mejor dicho, de la que autocrea) se basa en las geometrías, en la austeridad cromática, en las diferentes inspiraciones en modelos primitivos o en otras estéticas, orientalizantes o africanas, en el uso del collage, en la multiplicidad de puntos de vista y planos. El fin del cubismo es que el espectador entienda que se encuentra delante de algo diferente, ante una realidad nueva, que no existía y que ha sido creada.
El cubismo protagoniza la primera alternativa radical a la pintura tradicional. Por estar inmerso en buscar nuevos lenguajes pictóricos, fue un movimiento sin afán provocador, lo que lo diferencia de los movimientos de vanguardia posteriores. Sin embargo fue ampliamente discutido, puesto que el público no lo entendía. Picasso diría en 1923: «El cubismo no es diferente a ninguna otra escuela de pintura. Los mismos principios y elementos son comunes a todas ellas. El hecho que durante mucho tiempo el cubismo no haya sido comprendido y que aún hoy haya gente que no vea nada en él, no significa nada. Yo no entiendo inglés, y por lo tanto un libro en inglés para mí, es un libro en blanco.
Dadaísmo
Descripción:
Sin duda el movimiento dadaísta fue la vanguardia más radical, la que más perplejidad creó, la más destructiva, la más subversiva. La principal pretensión del movimiento era la de hacer del objeto de arte algo irrisorio, histriónico y su fin primero era acabar con el arte. Crear el antiarte. El dadaísmo se revela como un estado espiritual nihilista que en el arte se traduce de diferentes maneras. El malestar era generado por la Primera Guerra Mundial, que no era más que el punto culminante de la crisis que arrastraba Europa desde los principios de la era contemporánea. El movimiento dadaísta no puede concebirse sin aludir a Tristan Tzara el mayor divulgador y quien mejor ejemplifica hasta con su conducta el espíritu dadá. Él dice «Dadá, no significa nada». En el manifiesto dadaísta de 1918 compuesto de incoherencias, insultos, sarcarmos, apologías contra la irracionalidad y el delito, las únicas palabras escritas con mayúscula son libertad y vida. El dadaísmo nace en Zurich y luego viaja a Estados Unidos, a Nueva York, a través de los exiliados, como Picabia, Duchamp. Pero donde adquirió la gloria fue en París. Los manifiestos dadaístas fueron muy numerosos y basta con leer alguno de ellos para hacerse una idea completa de la retórica y de las ideas de los artistas dadá.
Tristan Tzara La magia de una palabra —dadá— que ha puesto a los periodistas ante la puerta de un mundo imprevisto, no tiene para nosotros ninguna importancia.Para lanzar un manifiesto es preciso querer A.B.C., fulminar contra 1, 2, 3, impacientarse y aguzar las alas para conquistar y esparcir a grandes y pequeños a, b, c, firmar, gritar, jurar, arreglar la prosa a manera de evidencia absoluta, irrefutable, probar su non plus ultra y mantener que la novedad se asemeja a la vida así como la última aparición de una cocotte prueba lo esencial de Dios. Su existencia ya ha quedado probada por el acordeón, el paisaje y la palabra dulce. Imponer su A.B.C. es algo natural —y por consiguiente lamentable—. Todo el mundo lo hace a guisa de cristalbluffmadona, sistema monetario, producto, farmacéutico, pierna desnuda que convida a la primavera ardiente y estéril.
Cada espectador es un intrigante si trata de explicar una palabra (¡conocer!). Desde el refugio enguatado de las complicaciones serpentinas, hace manipular sus instintos. De ahí los infortunios de la vida con-yugal. Explicar: Diversión de los vientres-rojos a los molinos de los crá-neos vacíos. DADÁ NO SIGNIFICA NADASi a uno le parece fútil y si uno no pierde el tiempo con una palabra que no significa nada (…). El primer pensamiento que revolotea en esas cabezas es de índole bacteriológica: hallar su origen etimológico, histórico o psicológico, por lo menos. Por los diarios se entera uno que a la cola de una vaca santa los negros Krou la llaman dadá. El cubo y la madre en cierto lugar de Italia: dadá. Un caballo de madera, la nodriza, doble afirmación en ruso y en rumano: dadá. Hay sabios periodistas que ven en esto un arte para los críos, y otros santos jesúsllamandoalosniñitos del día, el retomo a un primitivismo seco y ruidoso, ruidoso y monótono.
¿O acaso se ha hallado la base psíquica común a toda la humanidad? Quedan, bajo las alas anchas y benévolas del intento apocalíptico: el excremento, los animales, las jornadas. ¿Cómo es que se quiere ordenar el caos que constituye esa infinita informe variación: el hombre? El «ama a tu prójimo» es una hipocresía. «Conócete» es una utopía, pero más aceptable, pues hay un contenido de maldad en ella. Ninguna piedad. Luego de la matanza nos queda la esperanza de una humanidad pacificada. Y hablo todo el tiempo de mí, puesto que no quiero convencer, no tengo derecho a arrastrar a otros en mi corriente, no obligo a nadie a seguirme y todo el mundo hace su arte a su manera, si es que conoce la alegría que sube en flechas hacia las capas astrales, o aquélla que desciende a las minas de flores de cadáveres y de espasmos fértiles. Estalactitas: buscarlas por doquier, en los pesebres agrandados por el dolor, en los ojos blancos como liebres de los ángeles. Así nació dadá, de una necesidad de independencia, de desconfianza para la comunidad.
Aquí tenemos derecho a proclamar, pues hemos conocido los escalofríos y el despertar. Resucitados ebrios de energía, clavamos el tridente en la carne despreocupada. Nosotros somos arroyadas de maldiciones en abundancia trópica de vegetaciones vertiginosas, goma y lluvia son nuestro sudor, nosotros sangramos y consumimos la sed, nuestra sangre es vigor. El cubismo nació de la simple manera de mirar el objeto: Cézanne pintaba una taza 20 centímetros más abajo que sus ojos, los cubistas la miran desde arriba, otros complican la apariencia al hacer una sección perpendicular y colocándola sensatamente de lado. (No olvido a los creadores, ni las grandes razones de la materia que ellos volvieron defi-nitivas).
El artista nuevo protesta: ya no pinta (reproducción simbólica e ilusionista), sino que crea directamente en piedra, madera, fierro, estaño, organismos locomotores a los que pueda voltear a cualquier lado el viento límpido de la sensación momentánea. Toda obra pictórica o plástica es inútil; que sea un monstruo que asuste a los espíritus serviles, y no dulzona para exornar los refectorios de animales con hábitos humanos, ilustraciones de esta triste fábula de la humanidad.
Aquellos escritores que enseñan moral y discuten o mejoran la base psicológica tienen, además de un deseo oculto de ganar, un conocimiento ridículo de la vida, a la que han clasificado, dividido, canalizado; se empeñan en hacer bailar a las categorías al ritmo que ellos tocan. Sus lectores se ríen y prosiguen: ¿y de qué sirve?. Hay una literatura que no le llega a la masa voraz. Obra de creadores, procedente de una verdadera necesidad del autor, y para él. Conocimiento de un supremo egoísmo, donde se ajan las leyes. Cada página debe reventar, ya sea merced a la seriedad profunda y grave, el torbellino, el vértigo, lo nuevo, lo eterno, merced a la burla aplastante, mer-ced al entusiasmo de los principios o la manera en que queda impresa. Y queda un mundo bamboleante y los medicastros literarios con ganas de mejoramiento. Yo se lo digo: no hay comienzo y nosotros no temblamos, no somos sentimentales.
Llamo mimportacarajismo al estado de una vida en que cada uno conserva sus propias condiciones, sabiendo, sin embargo, respetar las otras individualidades, o si no defenderse, el paso doble volviéndose himno nacional, tienda de baratillo, T.S.H. teléfono sin hilos transmitiendo fugas de Bach, anuncios luminosos y afiches de burdeles, el órgano difundiendo claveles para Dios, todo eso junto, y realmente, reemplazando a la fotografía y al catecismo unilateral. La simplicidad activa. La impotencia para discernir entre los grados de claridad: lamer las penumbras y flotar en la gran boca llena de miel y de excremento. Medida en la escala Eternidad, toda acción es vana (si dejamos que el pensamiento tenga una aventura cuyo resultado fuese infinitamente grotesco, dato importante para el conocimiento de la impotencia humana). Pero si la vida es una farsa barata, sin objetivo ni parto inicial, y porque nosotros creemos deber salir adelante limpiamente, como crisantemos lavados, del asunto, hemos proclamado única base de entendimiento: al arte.
Ellos trafican con lo que nosotros hemos seleccionado. Contradicción y unidad de los polares en un solo chorro puede ser verdad. Eso si uno insiste en pronunciar esa banalidad, apéndice de una moralidad libidinosa, maloliente. La moral atrofia como todo azote producto de la inteligencia. El control de la moral y de la lógica nos han inflicto la impasibilidad ante los agentes de la violencia —causa de la esclavitud—, ratas pútridas de las que han infectado los únicos corredores de vidrio claros y limpios que quedaban abiertos a los artistas.
Que grite cada hombre: hay un gran trabajo destructivo negativo, por cumplir. Barrer, asear. La limpieza del individuo se afirma después del estado de locura, de locura agresiva, completa, de un mundo dejado en manos de bandidos que desgarran y destruyen los siglos. Sin fin ni designio, sin organización: la locura indomable, la descomposición. Los fuertes por la palabra o por la fuerza sobrevivirán, pues son vivos en la defensa, la agilidad de los miembros y de los sentimientos chamusca sus flancos labrados.
La moral ha determinado la caridad y la piedad, dos bolas de sebo que han crecido como elefantes y a las que llamamos buenas. La moralidad es la infusión de chocolate en las venas de todos los hombres. Esta tarea no fue ordenada por una fuerza sobrenatural, sino por el cartel de los mercaderes de ideas y los acaparadores universitarios. Sentimentalidad: viendo a un grupo de hombres que se pelean y se aburren, inventaron el calendario y el medicamento sabiduría. Pegando etiquetas, se desencadenó la batalla de los filósofos (mercantilismo, balanza, medidas meticulosas y mezquinas) y se entendió una vez más que la piedad es un sentimiento, como la diarrea, en relación con el asco que arruina la salud, la inmunda tarea de las carroñas de comprometer al sol.
Yo proclamo la oposición de todas las facultades cósmicas a esta blenorragia de un sol pútrido salido de las fábricas del pensamiento filosófico, la lucha encarnizada, con todos los medios del Asco DADAÍSTA Todo producto del asco susceptible de convertirse en una negación de la familia, es dadá; protesta con todas las fuerzas del ser en acción destructiva: dadá; conocimiento de todos los medios hasta ahora rechazados por el sexo púdico del compromiso cómodo y la cortesía: dadá; abolición de la lógica, danza de los impotentes de la creación: dadá; de toda jerarquía y ecuación social instalada para los valores por nuestros lacayos: dadá; cada objeto, todos los objetos, los sentimientos y las oscuridades, las apariciones y el choque preciso de las líneas paralelas, son medios para el combate: dadá; abolición de la memoria: dadci; abolición de la arqueología: dadá; abolición de los profetas: dadá; abolición del futuro: dadá; creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: dadá; salto elegante y sin perjuicio de una armonía a la otra esfera; trayectoria de una palabra lanzada como un disco sonoro grito; respetar todas las individualidades en su locura del momento; seria, temerosa, tímida, ardiente, vigorosa, decidida, entusiasta; pelar su iglesia de todo accesorio inútil y pesado; escupir como una cascada luminosa el pensamiento chocante o amoroso, o mimarlo "con la viva satisfacción de que da igual" con la misma intensidad en el zarzal, puro de insectos para la sangre bien nacida, y dorada de cuerpos de arcángeles, de su alma. Libertad: dadá, dadó, dadá, aullido de los dolores crispados, entrelazamiento de los contrarios y de todas las contradicciones, de los grotescos, de las inconsecuencias: la vida.
¿Qué es tipografismo?
Tomando como hilo conductor las manifestaciones plásticas de la letra en el siglo pasado, el el lobro de Juan Manueol Sesma Prieto, trata de su expresividad formal en tanto que se trata de un lenguaje visual cada día más utilizado.
